Vivian maier
Vivian Maier era una mujer que la que la llegaron a conocerla la describen como tranquila, valiente, misteriosa, excéntrica y sobre todo, muy reservada.
La historia que tenemos de esta mujer, nos llega a través de las fotografías que dejó y de algunos bártulos de su propiedad olvidados en el fondo de los desvanes. En 2007, John Maloof asistió a la casa de subastas al lado de su casa en busca de fotografías antiguas para un trabajo de historia. Compró uno de los lotes lleno de negativos, con la única información de que la autora era Vivian Maier.
En realidad, las fotos no le resultaron útiles para su proyecto, así que las abandonó en el armario por un tiempo. Pasado unos meses, decidió escanear los negativos y se dio cuenta de que había mucho contenido, y según su criterio, de muy buena calidad.
Tras una busca exhaustiva en internet, no encontró nada de la misteriosa mujer. John decidió empezar un blog y subir el contenido que escaneaba a medida que buscó más lotes y más negativos.
Dada la popularidad de sus fotos, John buscó ayuda en los museos, pero se negaron a ayudarle, por lo que John organizó una exposición para dar a conocer el trabajo de Vivian.
Y fue en ese momento que la gente empezó a valorar y conocer las fotografías de ella. Los artículos en los periódicos clamaban orgullosos el descubrimiento de la vida secreta que mantenía la niñera, pues ese fue su trabajo. Lo escogió porque le daba libertad para sacar fotos mientras paseaba a los niños.
A raíz de la exposición, las familias para las que había trabajado se pusieron en contacto con John. Le contaron lo que sabían de ella, como que usaba la ropa para ocultarse, que era muy alta, tenía una motocicleta y, por supuesto, siempre llevaba la cámara colgando.
A todas las familias les pidió que colocaran un cerrojo en su habitación, pues preservaba de forma exagerada su intimidad. Dentro de su cuarto, los periódicos llegaban hasta el techo y todo estaba lleno de cajas.
Las primeras fotos que tomó fueron en 1951. Guardaba muchos carretes sin revelar.
Se interesaba por la política, por el crimen, como una periodista. Se presentaba a menudo con nombres falsos y escribía el suyo con todas las combinaciones posibles. No tenía teléfono, por lo que era casi imposible contactarla.
Una vez, dijo que “era como una espía”, ya que capturaba momentos en su cámara a escondidas. Documentando el día a día de la cuidad y sus habitantes. En silencio y sigilosamente.
Ella nació en Nueva York, pero fingía su acento francés. Su madre si que era francesa y vivió con ella durante un tiempo en su pueblo natal. Es en aquel lugar en el que trata de ponerse en contacto con una pequeña tienda para que revelase su trabajo. Pero nunca llegó a realizar ese proyecto.
Probablemente porque era una persona tan reservada que no quería que se le reconociese o que la atosigaran con entrevistas donde tendría que hablar de ella misma.Ella sabía que tenía un buen trabajo, quizás por eso, decidió que mostraría sus fotografías cuando ella falleciera, pues, es probable que fuera ella quien enviara los negativos a las subastas. Con la intención de esparcirlos y darlos a conocer desde su anonimato.
Una vez enterrada, la gente podía admirar su trabajo todo lo que quisieran, pero sin molestarla para nada. Así que creo que no su fantasma no se molestaría al saber todo lo que ha provocado su trabajo, aunque puede que si estuviera molesta por el echo de que traten de investigar que hizo ella en su vida e indagar sobre su familia en Francia.
Murió en 2009, cuando era casi una vagabunda que rebuscaba en la basura y era antipática con todos los vecinos. Dejó 120.000 negativos. Quizás realizó tantas fotos porque quería capturar los millones de momentos de la vida cotidiana que ella vivía. Hechos sin importancia que solo ella sabía apreciar. Captando esas imágenes discretamente, como una sombra (que es la manera en la que ella se suele retratar)
Ahora, sus fotos las revelan en un laboratorio, donde también se imprimen para ser expuestas en los museos. Así mismo, se pueden encontrar en su web oficial, que es administrada por John Maloof.
Vivian Maier era una mujer que la que la llegaron a conocerla la describen como tranquila, valiente, misteriosa, excéntrica y sobre todo, muy reservada.
La historia que tenemos de esta mujer, nos llega a través de las fotografías que dejó y de algunos bártulos de su propiedad olvidados en el fondo de los desvanes. En 2007, John Maloof asistió a la casa de subastas al lado de su casa en busca de fotografías antiguas para un trabajo de historia. Compró uno de los lotes lleno de negativos, con la única información de que la autora era Vivian Maier.
En realidad, las fotos no le resultaron útiles para su proyecto, así que las abandonó en el armario por un tiempo. Pasado unos meses, decidió escanear los negativos y se dio cuenta de que había mucho contenido, y según su criterio, de muy buena calidad.
Tras una busca exhaustiva en internet, no encontró nada de la misteriosa mujer. John decidió empezar un blog y subir el contenido que escaneaba a medida que buscó más lotes y más negativos.
Dada la popularidad de sus fotos, John buscó ayuda en los museos, pero se negaron a ayudarle, por lo que John organizó una exposición para dar a conocer el trabajo de Vivian.
Y fue en ese momento que la gente empezó a valorar y conocer las fotografías de ella. Los artículos en los periódicos clamaban orgullosos el descubrimiento de la vida secreta que mantenía la niñera, pues ese fue su trabajo. Lo escogió porque le daba libertad para sacar fotos mientras paseaba a los niños.
A raíz de la exposición, las familias para las que había trabajado se pusieron en contacto con John. Le contaron lo que sabían de ella, como que usaba la ropa para ocultarse, que era muy alta, tenía una motocicleta y, por supuesto, siempre llevaba la cámara colgando.
A todas las familias les pidió que colocaran un cerrojo en su habitación, pues preservaba de forma exagerada su intimidad. Dentro de su cuarto, los periódicos llegaban hasta el techo y todo estaba lleno de cajas.
Las primeras fotos que tomó fueron en 1951. Guardaba muchos carretes sin revelar.
Se interesaba por la política, por el crimen, como una periodista. Se presentaba a menudo con nombres falsos y escribía el suyo con todas las combinaciones posibles. No tenía teléfono, por lo que era casi imposible contactarla.
Una vez, dijo que “era como una espía”, ya que capturaba momentos en su cámara a escondidas. Documentando el día a día de la cuidad y sus habitantes. En silencio y sigilosamente.
Ella nació en Nueva York, pero fingía su acento francés. Su madre si que era francesa y vivió con ella durante un tiempo en su pueblo natal. Es en aquel lugar en el que trata de ponerse en contacto con una pequeña tienda para que revelase su trabajo. Pero nunca llegó a realizar ese proyecto.
Probablemente porque era una persona tan reservada que no quería que se le reconociese o que la atosigaran con entrevistas donde tendría que hablar de ella misma.Ella sabía que tenía un buen trabajo, quizás por eso, decidió que mostraría sus fotografías cuando ella falleciera, pues, es probable que fuera ella quien enviara los negativos a las subastas. Con la intención de esparcirlos y darlos a conocer desde su anonimato.
Una vez enterrada, la gente podía admirar su trabajo todo lo que quisieran, pero sin molestarla para nada. Así que creo que no su fantasma no se molestaría al saber todo lo que ha provocado su trabajo, aunque puede que si estuviera molesta por el echo de que traten de investigar que hizo ella en su vida e indagar sobre su familia en Francia.
Murió en 2009, cuando era casi una vagabunda que rebuscaba en la basura y era antipática con todos los vecinos. Dejó 120.000 negativos. Quizás realizó tantas fotos porque quería capturar los millones de momentos de la vida cotidiana que ella vivía. Hechos sin importancia que solo ella sabía apreciar. Captando esas imágenes discretamente, como una sombra (que es la manera en la que ella se suele retratar)
Ahora, sus fotos las revelan en un laboratorio, donde también se imprimen para ser expuestas en los museos. Así mismo, se pueden encontrar en su web oficial, que es administrada por John Maloof.
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